a Héctor Freire
la mujer arroja la llave
y va
descalza entre las olas que la apremian
es mortuorio el ahogo
(adentro o afuera del mar)
la mujer lleva apenas branquias pequeñitas
cómo competir con los pulmones
ávidos de humo y alcohol
los pulmones de ellos
cómo no ser carnada en semen blanquecino
pegajoso
cómo aliviar la posesión
da miedo esta paz de ollitas impecables
y de guisos
dan miedo el almidón, las aspirinas
da miedo el tenedor hundiéndose en la carne
la escena en la que él grita
y ella
llorando muy bajito
para que no se despierten los niños
el hambre
el deseo
de otro
o de abrirles el vientre con hebillas de nácar
destriparlos
de espaldas a ese mar
da miedo el que mastica
los signos femeninos
el que se come la luna
como un chocolatín blanco
cotidiano
"La orilla familiar/la riba familiar", edición bilingüe castellano-catalán, Editorial Botella al Mar.
Imagen: María L Jeunehomme Borges |
Qué buen poema, bueno, no digo nada especial, la poesía de Ana tiene siempre la fuerza de un decir que trasciende.
ResponderBorrarLily Chavez
Hay poemas que no necesitan presentación. Hermoso.
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