Imagen: Carstel Witte |
Al principio fue un dolor brutal
que me dejó sin aire
después, sin remedio, me mató.
Pero nadie se dio cuenta.
Pero nadie se dio cuenta.
Desde entonces camino por la calle
con tu daga clavada en el pecho
y nadie se da cuenta.
En esta ciudad atestada de gente
En esta ciudad atestada de gente
que va y viene hacia ninguna parte
no es fácil darse cuenta de las cosas
Tal vez me esmeré en disimularlo
y tanto lo disimulé
que yo misma lo creí
y tanto lo creí que ahora puedo reír
saludar a los vecinos
plantar violetas
comprar el pan
y hasta hacer el amor con cualquiera
sin que se note demasiado.
Desde hace años camino por la calle
con tu daga clavada en el pecho
buscando alguien que me resucite.
Alguien que me intuya piel adentro
Alguien que me intuya piel adentro
entre los escombros
bajo la tormenta.
Alguien, entre todos, que me mire.
Y descubra
que estoy muerta.
Alguien, entre todos, que me mire.
Y descubra
que estoy muerta.
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