Imagen: Carstel Witte |
Cuando cae la noche
sobre los cristales
y sobre los lápices.
Cuando el árbol pierde
su cuerpo
y desborda sombra
sobre las raíces.
Cuando las abejas liban
sangre,
como mosquitos
y los guerratenientes
juegan a los dados
con los ojos
de los perseguidos
(ahora ven,
ahora no ven,
ahora nos ven).
Cuando la vida y la muerte
corrompen el aire.
Cuando callan los números
y los astros
y los dioses
y no hay voz que dibuje
la forma desconocida
de la confianza.
Ellas cavan un cauce
en el desierto
y se hacen río
antes de que salga el sol.
Me encanta este poema. Genial. Felicitaciones
ResponderBorrarmuy bueno...
ResponderBorrarContundente. Da para pedir otro. Y agradecer.
ResponderBorrarComo dice Pablo, se agradece, se agradece el acercamiento de la poesía, esas vibraciones potentes que se elevan como llamas.
ResponderBorrarLily Chavez