VERTEBRAL
traigo el alma cribada por la lluvia
del último deshielo
de los castillos últimos
derrumbes que me acosan
que pesan como la equivocación
aunque blancos no dejan de ser escombros
un agua de inviernos no vistos arrugada y gris
cae y mi cuerpo se la bebe
y nace el síntoma
que me cubre de rojo
que resuena en mi columna
en el labrado capitel donde
como en la novela de Anatole France
un viejo fauno ríe
Qué buen poema Isabel ! abrazos. Rosa Lía
ResponderBorrarTodo lo que nos sucede nos traspasa,nos deja tatuajes, grietas. Y por ellos se debe dibujar o filtrar el agua de esos "deshielos". Pero el síntoma es la respuesta, inequívoca de que algo resonó y se instaló en el cuerpo. Y permanece.
ResponderBorrarComo siempre, Isabel, querida amiga, me dejás con un mundo de reflexiones y de profunda belleza.
Un abrazo
Hilda Díaz