Todo lo
que tengo es esta planta carnívora
que devora por devorar.
Que astilla de adentro hacia fuera.
Que convierte en hiel lo deglutido.
Son sus ascidias
movedizas arenas
engendros que dejé crecer.
Ahora me parecen malignas,
terminales.
Esta planta – es bueno que lo sepas –
no acostumbra
a devolver lo devorado.
De "Sobre lo baldío
"
No podía ser de otra manera: Excelente.
ResponderBorrarExcelente poema. Con una contundencia que estremece
ResponderBorrarSiguiéndote amiga, por donde tu poesía deja huella, por donde vayas desperdigando el dolor
ResponderBorrarAndrea Casas
Siempre me han seducido las plantas carnívoras, y a lo mejor eso hizo que me encantara este poema que, como todos en esta página, tienen mucha fuerza.
ResponderBorrarExcelentes poetas
Estela Prada
Liliana puede ser que te conozco de un encuentro en Tucumán? Me parece que vos presentabas un primer libro? Hermoso poema
ResponderBorrarMyriam Teresa Almirón
Dolorosamente bello. Felicitaciones, Lily.
ResponderBorrarSiempre me han seducido las plantas carnívoras dice Estela.
ResponderBorrarsentí que me ahogaba con este poema
que dice precisamente los sapos que nos tragamos y vamos metiendo en el cuerpo y en el pensamiento para que perduren en nosotros y nos oscurezcan, tremendo
Anabella Juncos
Qué don para comparar la rabia con determinados elementos y el final para amasarlo en el pensamiento y decirte, una vez más, que te admiro.
ResponderBorrarUn abrazo grande, querida y eficaz, amiga.
Betty Badaui